HOLA AMIG@

Amigo de las letras y de los sones que ellas encierran, agradezco tu presencia en esta sinfonía de palabras, que sólo enmudecen para escuchar tu silencio. El precioso silencio de quien disfruta de la lectura. Te dejo mis versos y mis cuentos, para que vayas despacio, hacia tu propio encuentro.

miércoles, 16 de febrero de 2011

Amor Eterno


         Diminuto, vencido por el peso de la historia, el viejo Absalón camina la larga calleja de los pinos. Lo envuelve una niebla, húmeda y pegajosa, que agiganta sus recuerdos de torcidas memorias.
         Era de noche y como en toda noche, los silencios abruman  los sentidos; el olor a flores secas, de jazmines y orquídeas volteadas por el viento, se resquebrajaba bajo sus pies torpes y cansinos. Un gutural coro de lechuzas lo sigue hasta la tumba de la mujer amada; la que se fue sin haberse ido.
         Absalón conversa con ella largas tertulias de amantes furtivos. Suave, sigilosamente tierno, levanta con sus manos temblorosas la blanca calavera, y estampa en la ósea frente el más sentido de los besos; acaricia la calva y le apoya la mejilla, mientras de entre los restos de  mortaja, las huesudas manos entrelazadas se dejan ver como un manso signo de aprobación y entrega. Es otra manera de hacer el amor. No hay dudas para ellos.
         Absalón y Zenaida son lo que siempre han sido: amantes a escondidas. Cuando la noche se convierte en alba y la niebla en retirada devuelve la claridad a los espacios, Absalón baja la tapa del lustroso cofre y se despide con un…
         –Hasta mañana. -El quejido herrumbroso de las bisagras le contesta; y el se imagina un adiós a regañadientes.
         “–No te preocupes -le dice-,  mañana volveremos a vernos.
         Y regresa a su tumba, revuelta y maloliente, en el otro extremo de la larga calleja de los pinos.

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